A pesar que no hay diferencia entre el vil asesinato de la candidata aspirante a la alcaldía de Suárez – Cauca, Karina Gómez y el degollamiento de la líder indígena Magdalena Cucubana en Tame – Arauca; hay un común denominador, y, es el ensañamiento contra las mujeres, lo que los cobardes autores, asesinos de estos dos crímenes han dejado.
Es repudiable esta acción, que en ambos casos han enlutado a dos familias, a dos departamentos de Colombia, que incansablemente pide la paz, la convivencia, la fraternidad y la unión.
A las familias de Karina y Magdalena, les expresamos nuestro sentido saludo de condolencias, nuestra solidaridad y acompañamiento en tan irreparable pérdida.
A los violentos, les exigimos el cese a su accionar, ni una más, ni una menos, que sea la mano del Todopoderoso quien decida ponerle el alto en el camino a nuestras vidas, pero no, la mano de los enemigos de la paz, del amor, de las familias, de las mujeres.
Es inaudito este mar de sangre que ha corrido por el territorio colombiano.
Es imprescindible levantar la voz de esperanza y ánimo para que empiecen los diálogos de paz y que esta guerra malsana llegue a un final inmediato.
Instamos a las autoridades nacionales para que estos crímenes no queden en la impunidad, pero también pedimos a los organismos internacionales a su mediación para que estas muertes no sigan ocurriendo en Colombia.
