Bajemos la contaminación del gas carbónico, salvemos el planeta

Todos tenemos que tener claro que estamos viviendo en un momento de crisis como planeta, donde el calentamiento global es una amenaza real y hoy más que nunca es necesario hacernos responsables de la situación. En otras palabras: el momento de actuar es ahora.

Uno de los principales causantes del cambio climático son las excesivas emisiones de dióxido de carbono que producen en su mayoría las industrias, el famoso CO2. En donde incluso, para afrontar esta problemática, todas las naciones se han unido para formar parte del Acuerdo de París, el consenso que promueve la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (excepto EEUU que se retira este año 2020) que están calentando al planeta. Lo que refleja lo necesario de tomar cartas en el asunto, pero ¿cómo podemos ayudar a reducir estas emisiones en el día a día?

  1. Saber para cambiar y cambiar para cuidar.

Lo primero y fundamental es concienciar e informar sobre que el calentamiento global es una realidad. Educar a la sociedad, algo tan simple como conversar y usar el boca en boca dentro de la familia, con los amigos y simplemente con todos lo que nos rodean, de lo indispensable que es cuidar el medio ambiente. Es vital tener claro el impacto negativo que tiene la excesiva emisión de gases de efecto invernadero en el planeta y en la humanidad, para así poder generar un cambio y transmitir la necesidad de actuar en pos del cuidado por el medio ambiente.

«Realmente todo se reduce a esto: toda la vida está interrelacionada. Todos estamos atrapados en una red, cosidos en una sola prenda del destino. Lo que afecta a uno, afecta a todos indirectamente.» (Martin Luther King)

  1. Menos auto, más pedaleo.

Teniendo en cuenta que los combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas natural) son los que contaminan con más CO2, no resulta desquiciado dejar el auto de lado. Mientras menos se use el auto, menos se contamina. Mejor optar por otros medios de transporte como la bicicletacaminar lo más que se pueda o el transporte público (y reclamar porque cada vez se vuelva más ecológico). Y si no queda otra, usar el auto solo cuando sea indispensable, pero preocuparse de usarlo bien: aprovechar de llevar la mayor cantidad de personas y optar por un estilo de conducción “más verde”.

  1. R+R+R

Reducir, reutilizar y reciclar. Una regla que de ahora en adelante no se puede olvidar. De nuevo: reducir, reutilizar y reciclar. Lo que significa usar menos productos desechables, aprovecharlos más de una vez, no mandarlos con el resto de la basura y convertirlos para darles una nueva utilidad. Esta es la clave para ser un consumidor consciente, respetando el medio ambiente y luchando contra el cambio climático, e incluso cuidando el bolsillo. ¿Conclusión? Tú ganas, el mundo gana, todos ganamos.

  1. La eficiencia de la buena energía

Utilizar energía renovable es básico, ya que no emite CO2, así tal cual. Por lo que mientras se pueda optar por paneles solares, molinos de viento o biomasa de desechos para generar electricidad, ¡Hazlo! Y si no se puede, complementa con el consumo eficiente, lo que significa reducir el gasto energético, y por ende, menor emisión de gases. ¿Cómo? Por ejemplo usando luces led, cuidando y no malgastando el agua (menos agua caliente), y empleando electrodomésticos, televisores, computadores y otros, con sellos de alta eficiencia energética (A+), y obviamente, apagar los aparatos electrónicos cuando no se estén usando.

  1. Mesa libre de carbono

Esto es algo que se pasa por alto, pero es muy importante tener en cuenta: la huella de carbono. Existen alimentos que para llegar a nuestra mesa han viajado miles de kilómetros, lo que implica que se han generado muchas emisiones en el transporte de éstos. Se calcula que un 20% de los gases de efecto invernadero se deben a la elaboración y comercialización de alimentos. ¿Qué hacer? “Pensar global y actuar local”. Hay que fijarse primero en qué comemos y de dónde viene lo que comemos, idealmente preferir productos locales, ya que tienen una elaboración de menor impacto ambiental dada la proximidad, y por otro lado, son más frescos y se ayuda a potenciar la economía local. Todo para lograr mantener una dieta con baja huella de carbono.

  1. Sembrar y plantar

Los árboles son nuestros pulmones verdes, funcionan consumiendo gran parte del dióxido de carbono y entregando oxígeno. Un árbol elimina entre 350 y 3.500 kg. de CO2 aproximadamente en toda su vida, en otras palabras, cada árbol que se planta es menos CO2 en el aire. Así que mientras más árboles se siembran mejor, prefiriendo las especies endémicas y autóctonas para reducir la erosión de la tierra. Otras medidas que van de la mano son luchar contra la deforestación (fomentando la reforestación endémica) y prevenir los incendios forestales.

  1. Más compromiso

La lucha por detener y revertir el cambio climático es tarea de todos. Hay que empezar por uno mismo, actuar y promover, pero también debemos exigir y reclamar por una implicación de las instituciones que nos rigen. Demandar por una mayor y real participación del gobierno y las organizaciones para que tomen medidas, y creen políticas públicas ligadas al cuidado, respeto, protección y restauración del medio ambiente. Ahora ya, en el corto plazo, porque la verdad es que estamos en una carrera contra el tiempo por la lucha contra el calentamiento global.

Lo único que podemos hacer es controlar nuestras próximas acciones: cómo vamos a vivir nuestras vidas, qué vamos a consumir, cómo vamos a comprometernos y cómo vamos a usar nuestro voto para decirles a nuestros líderes que sabemos la verdad sobre el cambio climático.” (Before the flood, 2016).

Tomado de : https://www.wkndheroes.com/

Spread the love

You might also like More from author

Leave A Reply

Your email address will not be published.